A menudo se habla del acido hialuronico por sus propiedades para la estética facial, pero lo cierto es que el acido hialuronico tiene más aplicaciones y pueden beneficiarse de ellas diferentes perfiles, desde deportistas a personas mayores aquejadas de problemas articulares.
¿Qué es el acido hialurónico?
El acido es una sustancia presente en nuestro organismo de forma natural. Concretamente tenemos unos 15 gramos de acido hialuronico y se trata de una sustancia viscosa presente en ojos, piel y articulaciones.
En las articulaciones actúa como un amortiguador: se interpone entre las partes móviles de la articulación y así evita que friccionen y se desgasten. También actúa al caminar o correr, ya que el acido hialuronico absorbe los golpes bruscos que podrían afectar a la articulación.
Aplicaciones del acido hialuronico
Con el paso del tiempo el acido naturalmente presente en nuestro cuerpo disminuye en cantidad y calidad, de modo que su funcionalidad ya no es la que debiera y las articulaciones se resienten. Perfiles como el de los deportistas, que someten sus articulaciones a mucho estrés, o las personas de mayor edad son quienes pueden sufrir más las consecuencias.
Sin embargo mediante inyecciones de acido es posible subsanar esta carencia. Este componente disponible en farmacias consta de una textura viscosa y es una sustancia estable, que por sus propiedades se parece mucho al líquido que hay entre nuestras articulaciones. Con el acido es posible aliviar el dolor tanto en articulaciones como en tendones y, dependiendo del tipo que usemos, sus efectos positivos se dejarán notar hasta doce meses. Conviene tener en cuenta que también intervienen el estado de salud de la persona así como su estilo de vida, para que estos efectos sean más o menos duraderos.
Así, cuando las articulaciones acusan desgaste, el acido hialuronico se presenta como una opción de salud y calidad de vida.
