Viajar siempre es un placer, aunque a veces, hacerlo en avión puede ser un engorro. Es lo que sucede cuando uno va en silla de ruedas. Las gestiones extra empiezan desde el momento de la compra del billete; en cuanto uno hace una reserva, tiene que llamar a la compañía aérea para avisar de que vamos a viajar con silla de ruedas. La respuesta, por suerte, es buena. Lejos de poner complicaciones, Aena ofrece servicios de atención para personas en silla de ruedas.
El servicio consiste en un acompañante que ayuda a la persona en silla de ruedas a moverse por el aeropuerto: te llevan las maletas, te ayudan a hacer las gestiones y pasar los trámites de facturación y embarque. Obviamente, no es un servicio obligatorio, aunque a la hora de pasar el control de seguridad, sí es necesario ir acompañado por un asistente. Al pasar el control, lo más habitual es que se sienten en otra silla de ruedas para que tú puedas pasar por el detector de metales y tu silla por el scanner.
¿Cómo embarcar con una silla de ruedas?
A la hora de embarcar, lo más habitual es que las personas en silla de ruedas sean las primeras en embarcar, aunque siempre hay excepciones. Cómo entres en el avión dependerá de tu movilidad: según esta, te ayudarás a entrar caminando y llevarán la silla de ruedas a la bodega, o un asistente te lleva hasta el avión. Hay que tener cuidado con eso, porque según los convenios internacionales, una silla de ruedas es a efectos legales equipaje, por lo que si se rompe o extravía, se calcula su valor según su peso para realizar la indemnización. Para quedarse más tranquilos, siempre se puede hacer una declaración especial para evitar esta situación, ligada, obviamente, a un suplemento. Aunque no tiene por qué pasarle nada a la silla de ruedas, es la forma de quedarse tranquilo durante el viaje.
