Nos encanta hablar de todo, contar anécdotas que le pasaron al vecino de la prima del compañero de piso de tu hermana que se acaban transformando en leyendas urbanas o en mitos que se escuchan tanto que uno termina por preguntarse si no será verdad. Los mitos también afectan a las lentes de contacto, y provocan que aún haya personas reacias a empezar a utilizar lentes de contacto por miedo de que esos mitos sean verdad.
Vamos a repasar los mitos que más se escuchan por ahí sobre las lentes de contacto y a descubrir qué tienen de verdad.
- Las lentillas se pueden perder detrás del ojo. Eso es falso, además de completamente imposible. Los ojos cuentan con una membrana que los cubre y que los conectan con el interior del párpado, por lo que es físicamente imposible que la lentilla se piedra detrás del ojo.
- Llevar lentes de contacto es incómodo. Eso tiene parte de verdad, pero sólo una parte: llevar lentes de contacto puede ser incómodo si se usan demasiadas horas o no se cuidan correctamente. Pero si se usan bien, uno ni nota que las lleva.
- Es difícil cuidar bien de las lentes de contacto. Es falso: lo único que necesitan las lentillas es su líquido de lentillas para limpiarlas.
- Los mayores de 40 años no deberían usar lentes de contacto. La realidad es que no hay ningún problema con que las personas mayores de 40 años usen lentes de contacto; existen lentillas especiales focales y multifocales.
- Es habitual sufrir infecciones por el uso de lentes de contacto. Es posible sufrir infecciones, pero la causa no está en las lentes de contacto en sí, sino en el cuidado que se hace de ellas. Si la limpieza es correcta, no tendrás problemas de salud por culpa de tus lentes de contacto.
Como ves, la mayoría de los mitos no tienen base o se sustentan en situaciones excepcionales en las que el uso de las lentes de contacto o su proceso de limpieza no es el adecuado.
