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¿Te sientas bien en tu silla de oficina?

sillas de oficina higiene posturalDado que la vida está construida con diferentes puntos de vista, siempre habrá alguien que te diga que estás haciendo algo mal. En muchas ocasiones no es más que una cuestión de preferencias u opiniones, pero en otras, no hay vuelta de hoja. Es el caso de la higiene postural, es decir, las posturas que adoptamos a lo largo del día, en especial al sentarse.

Sentarse mal no es cuestión de gustos y ni de lejos es algo que no tiene consecuencias. Muchos estudios sobre higiene postural han demostrado que adoptar una postura correcta al sentarse reduce considerablemente el riesgo de sufrir problemas musculares y en nervios y tendones.

La higiene postural es cuestión de acostumbrarse, pero también de utilizar sillas adecuadas. Eso es especialmente importante en la oficina, ya que pasamos muchas horas sentados en sus sillas. La mayoría de la gente, aunque cuente con sillas de oficina ergonómicas, no se sienta correctamente, ya sea porque no sabe que está adoptando una mala postura o simplemente porque está acostumbrado a una posición que no es la correcta.

Existen tres tipos de posturas que mucha gente adopta al sentarse, ya sea en sillas de oficina o fuera de ellas, que son muy perjudiciales para nuestro cuerpo:

  • Piernas cruzadas: Hay quien tiene el hábito de sentarse encima de la silla de oficina con las piernas cruzadas al estilo “indio”. Esta posición puede causar serios problemas, a pesar de que para muchos sea una de las posturas más cómodas. Además de que la espalda se sobrecarga, también provoca problemas en los tobillos.
  • Usar otra silla de oficina como reposapiés: Los reposapiés son muy útiles y beneficios, pero estos están diseñados para que tus tobillos estén en un ángulo de 90º, dado que está es la posición que favorece más la circulación. Colocar las piernas completamente estiradas, apoyadas en otra silla de oficina, es negativo para la circulación.
  • Lejos del respaldo: Mientras que quizás las dos anteriores son posturas que por cuestiones de saber estar no adoptamos en la oficina, sentarse lejos del respaldo, con el cuerpo inclinado hacia el escritorio para acercar la cara a la pantalla. Esta es una postura muy perjudicial para la espalda que debe corregirse. Si uno adopta esta postura porque le cuesta leer lo que pone en la pantalla, la solución es aumentar la fuente en la que se escribe o aumentar el zoom de la pantalla.

La mejor forma de corregir estos malos hábitos es creando unos nuevos y saludables, pero también contando con el apoyo de una silla de oficina ergonómica que ofrezca al cuerpo el apoyo y la comodidad que necesita.

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Georgina

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