Lo más negativo de llevar lentillas es el líquido que necesitan para sobrevivir. Ese bote que suele ser de color blanco más grande que cualquier recipiente de champú y que siempre nos espera en nuestra cómoda de noche.
Cualquier usuario de lentillas sabrá lo importante que es recordar sacarlo de casa con nosotros. ¿Quién no ha salido a una cena o a una fiesta y se lo ha olvidado en casa? ¿Quién no se ha ido de viaje y cuando ha llegado a su destino se ha acordado de la imagen de su mesa de noche con el bote del líquido para lentillas? Más de uno ha tenido que renunciar irremediablemente a un pack de lentes de contacto por un simple despiste. A veces renunciando a lentillas de uso diario y en otros casos, con una vida de un mes.
Es para esos casos que más pueden fastidiar a nuestro bolsillo que recomendamos una lista de soluciones alternativas para estas situaciones tan embarazosas en las que nos falta el líquido de lentillas.
- La primera solución consiste en hervir un poco de agua con el fin de aniquilar todas las bacterias que posea, y después dejarla enfriar. Una vez el agua esté fría, se recomienda echar un poco de sal para evitar que se queden arrugadas, y por lo tanto, inservibles.
- Por otro lado, el uso de agua destilada. Lo que en cualquier casa encontramos si somos aficionados a planchar. No es una opción muy recomendada, pero es de fácil arreglo y a nuestro alcance. Eso sí, las lentillas deben estar bien enjuagadas antes de volver a ponerlas en los ojos.
- La más farmacéutica es la que podemos encontrar en cualquier botiquín en casa: el suero fisiológico. Limpia de tal manera las lentillas que es una de las soluciones más recomendables para sustituir al líquido.
- Por último, el agua natural o mineral. Una de las opciones más fáciles como sustitutivo del líquido de lentillas, aunque suelen quedar después un poco secas.
Es obvio que rápidamente después de estas acciones alternativas, rápidamente debe usarse el propio líquido de lentillas recomendado. No sólo por recuperar el estado original de nuestras lentes de contacto, sino porque estos líquidos contienen antibacterianos específicos de los ojos y pueden protegernos de posibles infecciones. Aunque si lo que se quiere es evitar cualquier riesgo ocular, cómo no, ahí está el estuche con nuestras gafas.
