“No tengo tiempo”, “estoy muy cansado después del trabajo”, “ya iré mañana”… La lista de excusas para no ir al gimnasio puede ser interminable. Y es que son muchas las personas que se apuntan al gimnasio, van un par de semanas con las pilas cargadas hasta los topes y luego dejan de ir por falta de ganas, de tiempo, de motivación o por una mezcla de todo un poco.
Ir al gimnasio no es la única forma de hacer ejercicio y mantenerse en forma, por suerte. De hecho, se puede hacer ejercicio en prácticamente cualquier sitio, incluso en sillas de oficina. Como lo lees: existen ejercicios diseñados especialmente para que se realicen en estos tipos de silla.
Estos ejercicios están planteados para ayudar a proteger la columna vertebral y para mejorar la higiene postural, es decir, la forma en la que nos sentamos en las sillas, así como para luchar contra el exceso de grasa. Claro que no hay que dejar en el ejercicio toda la responsabilidad de estar en buena forma; es muy importante dormir adecuadamente y, sobre todo, llevar una dieta adecuada, baja en grasas y rica en nutrientes.
Para realizar ejercicios abdominales sentado en una silla de oficina, hay que sentarse en ángulo recto de modo que la espalda quede pegada completamente al respaldo. El primer ejercicio consiste en contraer la barriga hacia adentro, como si te estuvieras poniendo unos pantalones una o dos tallas por debajo de la que utilizas. Mantén la posición durante unos segundos. Repetir este ejercicio durante toda la jornada laboral ayuda a fortalecer los músculos de la parte baja del abdomen.
El siguiente ejercicio es para realizar cuando estés solo. Vamos a sustituir la típica bola suiza de gimnasio por lo que nos rodea en nuestra oficina o despacho. Para realizar este ejercicio, te tienes que sentar en el borde del escritorio y colocar las manos, con los dedos entrelazados, detrás de la cabeza. Comprime la zona del abdomen e inclínate levemente hacia atrás. Repite este movimiento unas cuantas veces.
Por último, los oblicuos: trabaja los abdominales laterales sentado en la silla de oficina. Siéntate en ella apoyando los pies en el suelo. Coloca las manos detrás de la cabeza y levanta una rodilla acercándola a tu pecho. Repite el movimiento con la otra pierna y ve repitiendo la acción al menos una decena de veces. Cuando hagas este ejercicio, asegúrate de que tu espalda está completamente recta.
Fuente: sillasparaoficina.es